La exploración de objetos en los bebés.
Cuando el bebé ya puede usar sus manos, las utiliza para explorar todo lo que hay a su alrededor. La exploración de objetos en el bebé empieza descubriendo nuevas sensaciones y texturas como caliente, frío, blando, húmedo, etc. Cuando ya ha explorado de forma gradual, estas experiencias se acumulan y los bebés aprenden más cosas de los objetos como su funcionamiento y su utilidad. Esto forma parte de un proceso de aprendizaje complejo que pasa por una serie de etapas.
Cuando el bebé ya es capaz de coordinar acciones con las manos, se llevará a la boca cualquier objeto que tenga a su alcance. Esto pasa porque la boca del bebé está más desarrollada que cualquier otra parte del cuerpo, principalmente por la necesidad de ingerir alimentos; por eso, se lleva cualquier objeto a la boca de forma instintiva. Esta etapa dura varios meses, y durante su transcurso hay que estar muy atentos a lo que tienen a su alrededor. La curiosidad del bebé es tan grande, que cuando aprende a gatear es capaz de dirigirse con cierta rapidez a lugares donde encuentre objetos que le llaman la atención para llevárselos a la boca.
De la misma manera que el bebé se lleva los objetos a la boca, también los sacude, los golpea y los lanza. A partir de estas pruebas, aprende qué son la ligereza y la pesadez, la suavidad y la dureza, y todas las demás propiedades físicas de los objetos que encuentra. Descubre cómo la forma afecta al movimiento, cómo un objeto cabe en el interior de otro y cómo puede provocar diferentes ruidos cuando interactúa con ellos.
La permanencia del objeto es uno de los avances más significativos de la capacidad del bebé de entender los objetos que lo rodean es descubrir su permanencia. A los seis meses, aprende que cada objeto es único. A partir de aquí, el bebé empieza a entender gradualmente que un objeto no deja de existir cuando lo pierde de vista. El juego de ?cucu trás? es un buen ejemplo de ello. Es uno de los juegos favoritos de los bebés. Consiste en que uno de los padres se esconde durante un momento y después lo sorprende.
Entre los tres y los seis meses, el bebé aprende a esperar que el padre asome la cabeza de detrás de una puerta o un cojín, pero hasta que no cumple los nueve meses más o menos, no sabe que la cabeza de su padre aún está detrás de la puerta, aunque el no pueda verla. Esta etapa es fundamental para el aprendizaje del bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario