MOTRICIDAD GRUESA
La motricidad gruesa es uno de los dos tipos de habilidades motoras que tienen que aprender los niños durante su desarrollo. Tiene que ver con los movimientos que utilizan músculos de gran tamaño, como los de los brazos, las piernas o el torso. Esta es distinta de la motricidad fina, que tiene que ver con movimientos muy específicos.
Las habilidades motoras gruesas son fundamentales para todas las acciones que realizamos en el día a día. Sin estas las personas no seríamos capaces tampoco de utilizar la psicomotrocidad fina; por ello es importante que los niños con problemas en el desarrollo de la motricidad gruesa reciban ayuda lo antes posible.
Este tipo de motricidad se desarrolla siguiendo un orden específico: de la cabeza a los pies, y del torso a las extremidades.
De la cabeza a los pies
Las habilidades motoras gruesas son adquiridas comenzando por el control de los músculos de la cabeza y el cuello, y van bajando a medida que el niño crece.
La primera habilidad que dominan los bebés es la de mantener la cabeza erguida, mucho antes que aprender a andar o incluso a estar sentados.
Del torso a las extremidades
Por otro lado, las habilidades motoras gruesas también siguen un orden concreto desde el torso hasta las extremidades. De nuevo, los niños aprenden primero a mantenerse sentados derechos antes de aprender a manejar sus extremidades de manera efectiva.
Por ello, las habilidades psicomotoras gruesas que más tardan en aparecer son las que involucran usos complejos de las piernas y los pies, así como de los brazos: andar, mantener el equilibrio sobre un pie o hacer el pino son algunos de los ejemplos de habilidades gruesas complejas.
EN ESTE VÍDEO VERAS COMO PODEMOS AYUDAR A DESARROLLAR LA MOTRICIDAD GRUESA EN NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS.
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